Los aceites esenciales han sido usados a través de la historia para una gran variedad de aplicaciones en el área del bienestar. Los Egipcios fueron de las primeras personas en usar aceites esenciales aromáticos en la práctica médica, tratamientos de belleza, preparación de alimentos y en ceremonias religiosas. El incienso, sándalo, mirra y la canela eran considerados tan valiosos en las rutas comerciales y caravanas que muchas veces eran intercambiados por oro.
Los Griegos usaron aceites esenciales en sus prácticas para masajes terapéuticos y aromaterapia. Los Romanos también usaron aceites aromáticos para promover la salud e higiene personal. Influenciados por el uso de hierbas aromáticas de los Griegos y Romanos, así como también los Chinos y los Hindús Ayurvedas, los Persas comenzaron a perfeccionar los métodos de destilación para extraer los aceites esenciales de plantas aromáticas. Los extractos de aceites esenciales fueron usados a través de la era del Oscurantismo en Europa por sus propiedades anti-bacteriales y fragantes.
En tiempos modernos, las propiedades poderosas para curar de los aceites esenciales fueron redescubiertos en 1937 por un químico Francés, Rene-Maurice Gattefosse, quien curó una mano con quemaduras graves solamente con el aceite de lavanda. Otro francés contemporáneo, el Dr. Jean Valnet usó aceites esenciales de grado terapéutico para tratar soldados heridos durante la Segunda Guerra Mundial. El Dr. Valnet se convirtió en un líder mundial en el desarrollo de prácticas de la aromaterapia. El uso moderno de aceites esenciales ha seguido creciendo rápidamente mientras científicos de la salud y médicos profesionales continúan investigando y validando los numerosos beneficios de salud y bienestar de los aceites esenciales de grado terapéutico.